lunes, 9 de marzo de 2009

ORA CON EL SALMO 137

Introducción: Para este día 25 de mes, se propone orar con el salmo 137 (136), un salmo que no es del pasado, sino muy actual; el salmista nos habla en el hoy de nuestra historia, este texto ilumina las tinieblas en que se hallan las víctimas del sistema.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Inicial: Señor, Dios de la Historia, que nunca dejas que tus hijos se hundan en el dolor, la angustia y la desesperanza; te pedimos que nos acompañes en esta meditación para poder sentir en medio de nuestros días tu mano protectora y convencernos cada vez más que tuya es la victoria frente a la muerte y la injusticia. Por Jesucristo Nuestro Señor.


Contemplar la realidad: Colombia es un país extenso de alrededor 44 millones de habitantes. Desde hace más de 40 años se vive a su interior un conflicto armado de grandes magnitudes en el que se han visto involucrados paramilitares, guerrillas y ejército, en detrimento de la población. El fenómeno del desplazamiento forzado es uno de los más sentidos en el país, es signo de un gravísimo abuso a los derechos humanos, de una complicidad del Estado en los crímenes más atroces, de ideales revolucionarios prostituidos. Los desplazados ascienden a 4 millones de personas, que se encuentran exiliados en su propio país debido a la violencia estructural sufrida.

Meditar la realidad: Se recomienda que para este ejercicio se coloque música instrumental y se cierren los ojos. Se sugiere que el (la) orante se deje llevar por la música y haga un ejercicio mental, trayendo a la memoria los rostros de los desplazados y las diversas situaciones aflictivas que ellos (as) han vivido: la salida acelerada de sus tierras, hallarse limpiando parabrisas en los semáforos de la ciudad, los niños y niñas sin educación, las fosas comunes encontradas.... dejemos que esta realidad golpee nuestra persona....


Juzgar a la luz de la Palabra de Dios: Ahora, se procederá a leer el salmo propuesto para este día.

Balada del desterrado

1A orillas de los ríos de Babilonia

estábamos sentados y llorábamos,

acordándonos de Sión;

2en los álamos de la orilla

teníamos colgadas nuestras cítaras.


3Allí nos pidieron

nuestros deportadores cánticos,

nuestros raptores alegría:

¡Cantad para nosotros

un cantar de Sión!”

4¿Cómo podríamos cantar

un canto de Yahveh

en una tierra extraña?

5¡Jerusalén, si yo de ti me olvido,

que se me seque mi diestra!


6¡Mi lengua que se me pegue al paladar

si de ti no me acuerdo,

si no alzo a Jerusalén

al colmo de mi gozo!

7Acuérdate, Yahveh,

contra los hijos de Edom,

del día de Jerusalén,

cuando ellos decían: ¡Arrasad,

arrasadla hasta sus cimientos!

8¡Hija de Babel, devastadora,

feliz quien te devuelva

el mal que nos hiciste,

9feliz quien agarre y estrelle

contra la roca a tus pequeños!

(Se recomienda leer el salmo 2 ó 3 veces, hasta que el contenido sea suficientemente asimilado por el (la) orante)

Contexto: El salmo nos habla acerca de la época del destierro de los israelitas en Babilonia (587-512 a.C). El pueblo de Israel estuvo 70 años- aproximadamente- en el país opresor, sufriendo humillante esclavitud y dominación dolorosa. Este salmo nace en esa época o en recuerdo de ella (posterior a este período). El salmista recuerda todo el dolor sufrido, la nostalgia por Jerusalén, la resistencia del pueblo a olvidarse de su tierra y pide – casi a gritos- la intervención de Dios a favor de los humildes y en contra de los babilonios y sus aliados.

A continuación, para juzgar la realidad desde la Palabra de Dios se sugieren las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué sentimientos habrán movido al salmista a escribir esta “balada del desterrado”?

  2. ¿Por qué para el salmista “Sión” y “Jerusalén” son lugares tan importantes y en qué partes del salmo se denota tal importancia?

  3. ¿Qué desea el salmista para Babilonia y Edom?

  4. ¿El salmo conecta con la realidad de los desterrados en Colombia?

  5. ¿Los desterrados en Colombia todavía tienen esperanzas de que el Señor intervenga en sus historias?


Concluyendo: El salmo 137 (136) comunica el dolor de los desterrados de Israel en los tiempos del exilio, esa época difícil y prolongada de esclavitud en la que sintieron sobre el cuello el yugo del imperio opresor. Sin embargo, no sólo dolor comunica este salmo, también resistencia y fidelidad a las convicciones que el opresor no puede borrar de los oprimidos porque están escritas con tinta indeleble; el pueblo espera que Yahvé, el dueño de la historia, intervenga para hacer justicia a los aplastados por el sistema.

Este salmo, en su faceta de cántico de dolor desgarrador, puede ser en nuestra actualidad el canto desgarrador de los desplazados colombianos. El opresor les ha expulsado de sus tierras, ha destruido sus vidas y aún tiene el cinismo de exigirles canciones alegres. Pero, los humildes guardan la esperanza en Dios de ser restituidos en su dignidad y de tener nuevamente vida en abundancia, ya que están como muertos en vida.


Una palabra respecto al opresor: Sería muy fácil decir que el opresor es todo aquel “enemigo del Reino de Dios”, con hacer eso no se ganaría problemas con nadie y se cubriría la dura realidad con un manto de “piedad”. Sin embargo, como el salmista escribió con firmeza el nombre del opresor: “BABILONIA”, es menester escribir los nombres de los opresores en Colombia: Paramilitares y toda su maquinaria militar en beneficio de la extrema derecha; las guerrillas, que denunciando a los opresores se convirtieron en peores asesinos que ellos; el Ejército, que financiado por el Imperio de los Estados Unidos trabaja para los intereses yanquis en América Latina y también se ha manchado las manos con sangre inocente; y los ricos, quienes manejan los poderes del Estado y la Empresa Privada, cuyo egoísmo profundo no permite la justicia social en el país... ellos están dispuestos a matar a los más pequeños con tal de no compartir.

Este salmo, pues, expresa el dolor de los desplazados en Colombia, su resistencia y la esperanza de que el Señor actúe en su dolorosa historia.

Compromiso: La Palabra de Dios nos mueve a un compromiso con y en la realidad. Ningún cristiano puede llamarse así, sino toma postura a favor de quienes Dios siempre ha tomado postura: los pobres, ciegos y oprimidos, a quienes Jesús fue enviado a evangelizar- como Él mismo lo dijo (Lucas 4, 16-21)-.

  • ¿Qué me comprometo a hacer para que la justicia social sea una realidad en Colombia?

  • ¿Qué acciones inmediatas haré por mis compatriotas desplazados?

Oración Final: Entonemos esta canción, orando desde ella, por un mejor futuro para nuestros desplazados:

¡BUENAS NUEVAS!

Gilmer Torres Ruiz, Perú

¡Buenas nuevas! ¡Buenas nuevas pa’ mi pueblo!
El que quiera oír que oiga, el que quiera ver que vea.
Lo que está pasando en medio de un pueblo que empieza a despertar.
lo que está pasando en medio de un pueblo, que empieza a caminar.

Caerán los que oprimían la esperanza de mi pueblo.
Caerán los que comían, su pan, sin haber sudado.
Caerán con la violencia, que ellos mismos han buscado,
y se alzará mi pueblo como el sol sobre el sembrado.

Ya no estés más encorvado, tu dolor se ha terminado
mucho tiempo has esperado, tu momento ya ha llegado.
En tu seno pueblo mío hay un Dios que se ha escondido
y con fuerza ha levantado, tu rostro adormecido.

Un nuevo día amanece y los campos reverdecen
hombres nuevos aparecen de una tierra nueva crecen
y sus voces como truenos van rompiendo los silencios
y en sus cantos con aliento hay un Dios que va contento.

Podemos cambiar la historia, caminar a la victoria
podemos crear el futuro y romper todos los muros
si unimos nuestras manos, si nos vemos como hermanos
lograremos lo imposible, ser un pueblo de hombres libres.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por le material a Víctor M. El Salvador. San Salvador.

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