viernes, 27 de febrero de 2009

DESPUÉS DEL DESIERTO VIENE LA DECISIÓN

Ha iniciado el tiempo de cuaresma. Desde el pasado miércoles, comúnmente llamado “Miércoles de Ceniza”, hemos comenzado a recorrer un camino que nos llevará a la gloriosa celebración de la Pascua de Jesús; el momento en el que Cristo, venciendo la muerte, el pecado y al tentador nos ha hecho partícipes de la gloria de su resurrección. Es ésta la razón que sustenta nuestra fe y da sentido a nuestro ser de cristianos.

La cuaresma en un tiempo maravilloso de preparación para este solemne acontecimiento. La Iglesia y Dios, por medio de ella, nos invitan a revisar nuestra vida con una seriedad singular. Somos llamados al sacramento de la reconciliación, a buscar una sincera conversión por medio de la escucha de la Palabra de Dios, una vida sacramental más frecuente, una oración más intensa y constante, la mortificación como medio de purificación y la limosna como expresión de nuestro desprendimiento y renuncia a los bienes materiales. Es conveniente revisar nuestra vida, nuestra casa, y prepararla, limpiarla, para recibir al que llegará, a Jesús resucitado. Desde este contexto litúrgico y eclesial se deben leer y entender los evangelios que escucharemos y meditaremos en los próximos domingos, a partir de hoy.

40 días en el desierto.

Para este primer domingo de cuaresma la liturgia nos propone un texto del evangelio de Marcos. Después de que Jesús fuera bautizado por Juan, el Espíritu lo llevó al desierto, lugar donde pasó 40 días y fue tentado por Satanás. Allí vivió entre los animales y los ángeles le servían. Después de la muerte de Juan el Bautista, Jesús se desplazó hasta la región de Galilea y se puso a proclamar por esas tierras la Buena Noticia de Dios: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios: arrepiéntanse y crean en la Buen Noticia”.

Debemos pensar en cuatro signos que el relato nos presenta y son significativos para comprender el sentido del mismo:

  • El desierto es un lugar inhóspito, despoblado, sin vegetación, donde el ser humano se siente desolado, sin protección, vulnerable y desamparado. En el desierto el ser humano experimenta su propia debilidad. Al mismo tiempo, es el lugar donde experimenta la maravillosa providencia de Dios.

  • El número cuarenta, que hace referencia a los días que Jesús pasó en el desierto. Cuarenta es el número de la prueba, del examen y del ensayo, pero también es el número que simboliza el cambio o paso de un período a otro. En la Palabra de Dios encontramos numerosos pasajes entorno al número 40: el tiempo en que Dios preparó al pueblo de Israel antes de entregarle la Tierra Prometida, el tiempo del diluvio, el tiempo que le tomó al pueblo ninivita convertirse...

  • La presencia de Satanás como el tentador. Quiere apartar a Jesús de su camino, del camino del bien y de la verdad y al querer apartarlo del camino lo quería apartar también de su misión liberadora.

  • Y, finalmente, la referencia a la armonía entre Jesús, las fieras y los ángeles quienes nos remiten al paraíso de donde un día el ser humano, por causa de su pecado, tuvo que salir.

Hasta aquí, el texto nos ofrece elementos suficientes para motivarnos a vivir un auténtico tiempo de cuaresma. Debemos dejarnos llevar a nuestros propios desiertos para descubrir allí nuestros pecados y prepararnos para un auténtico encuentro con Dios. Tenemos que recorrer este camino de cuarenta días, ir por nuestro desierto ayudados de la escucha, meditación y oración de la Palabra de Dios, del ayuno, la abstinencia, la caridad, para finalmente pasar a un tiempo nuevo, dejando al ser humano viejo empezar a vivir como seres humanos nuevos, renovados en Cristo. Es el tiempo para tomar conciencia de la presencia del tentador, y de prepararnos para la lucha contra él. Esto es bien interesante, el hecho de ser tentando no c

onvierte al creyente en un pecador. El detalle está en saber vencer la tentación, no dejarse llevar por ella, no permitir que nos aparte del camino cristiano, viviendo con sinceridad este camino cuaresmal de conversión estaremos preparados para vivir el tiempo nuevo de la Pascua.

Primera predicación de Jesús.

Marcos, para contarnos acerca del inicio del ministerio de Jesús y del mensaje que proclamaba, recurre a una ubicación en el tiempo y en el espacio. La ubicación temporal la constituye el acontecimiento del arresto de Juan y la ubicación en el espacio: Galilea como territorio donde Jesús empieza su predicación. Ahora bien, la Buena Nueva anunciada por Jesús en este texto es una síntesis de todo el mensaje del Evangelio.

El mensaje es claro y preciso. “El tiempo se ha cumplido”, el tiempo anunciado por los patriarcas, Moisés, los profetas se ha cumplido, no es un nuevo anuncio de ese tiempo. Ese tiempo ya llegó, es una realidad actual y presente. “Se acerca el Reino de Dios”, enlaza con lo anterior. Ya no se habla de recordar una promesa sino de anunciar que esa promesa ya se está haciendo realidad, y por eso para participar de esa plenitud es necesario “arrepentirse y creer en la Buena Noticia”. Este mensaje es también el anuncio que hace la Iglesia en este tiempo de preparación para la Pascua.

Esto nos recuerda algo que a lo mejor ya sabemos pero que olvidamos con gran facilidad: tenemos que acoger el Evangelio, hacerlo vida, revisar nuestra existencia a la luz de él, convertirnos y finalmente hacer realidad la presencia del Reino de Dios entre nosotros, entre los hombres, asumir que verdaderamente el tiempo se ha cumplido. Y tú ¿Cómo piensas vivir la cuaresma?

Como ciudadanos y cristianos de Latinoamérica, la cuaresma también tiene que llevarnos a una revisión profunda de nuestro compromiso con el sufrimiento de nuestros pueblos. ¿Cuáles son esos tentadores que puede desviarnos de nuestra radicalidad y compromiso? ¿Cuáles son nuestros pecados y cómo han ayudado para que el proyecto de anti-reino se instáure en nuestros pueblos? Cuando haya llegado la Pascua y con ella la celebración de la Resurrección de Cristo ¿Qué voy a hacer para que otros, y en especial los más pobres y desfavorecidos, sientan de verdad la presencia del Reino de Dios ? El encuentro con Jesús y nuestra conversión nos tiene que mover a un mayor compromiso con los que más necesitan de nosotros, esperamos que ese sea el mejor fruto de una cuaresma vivida auténticamente y de una sincera conversión.

jueves, 26 de febrero de 2009

POEMA DE CASALDALIGA

Pasión

Tú, leproso y ludibrio... Varón
de dolores, sin gloria, que has pisado
solo—y ebrio—el lagar, y te has manchado
de mosto de amargura...
Tú que traes, Señor, el Corazón
roto bajo la prensa del pecado.
¡Gusano y no hombre, que, en sanción
de tus propios amores condenado,
eres el gran Pecado sin perdón!
¿Has medido, Amador, el loco exceso
que te ha sacado del Séptimo Día...?
¿No te bastó cubrirte de prestado?
¿No te basta ser preso
de la exigua envoltura de un bocado?
¿Por qué te rindes, Fuerte, a la agonía
y a la celada trémula de un beso?

para ver otros poemas ve al link de www.servicioskoinonia.org

viernes, 20 de febrero de 2009

A TI TE DIGO, LEVÁNTATE TOMA TU CAMILLA Y VETE A TU CASA...

Miguel es un campesino desplazado del departamento de Antioquia en Colombia, Los grupos armados y la violencia lo hicieron salir de su tierra que por tantos años trabajó, desafortunadamente no salió bien librado, pues asesinaron a su esposa a la que por tantos años juró amor frente a Dios, a dos de sus hijos se los secuestraron y les privaron de tener sueños como los de tantos colombianos que hoy viven el secuestro, la diferencia es que ellos no son personajes públicos como los que presentan por la TV, sin necesidad de mediadores políticos, solamente contando con la mediación de Miguel liberaron a uno de sus hijos (también llamado Miguel). Una de sus hijas fue violada y con ello perdió la inocencia de ser una niña, la otra hija en el momento de salir cayó del vehiculo donde se trasportaban y sus piernas fueron molidas por las llantas, en fin, si siguiéramos contando todo lo que les sucedió en el momento de su partida nos harían falta páginas para describir esta cruel realidad.

Actualmente viven en uno de los barrios de la periferia de Bogotá, donde llegan muchas familias con las mismas realidades. La pobreza y la miseria hacen que estos barrios se conviertan en centros de delincuencia y donde también operan grupos armados. Pareciera que la suerte no le sonriera a Miguel y a su familia, en pasados días uno de sus hijos fue acusado por una niña de haber sido tocada, la reacción no se hizo esperar por parte del padre de la niña, e intentó atentar contra la vida de aquel joven que según diagnósticos médicos es enfermo siquiátrico, aquel muchacho le dieron dos días para salir de este barrio o sino su vida correría peligro, otro sufrimiento que padece Miguel junto a su golpeada familia, ya no sólo son desplazados del campo, sino también de la ciudad, ¿dónde podrán vivir tranquilos?. El odio, la venganza, la violencia hacen del hombre un ser que no puede perdonar.

Estas situaciones que nos va presentando la vida diaria nos hace preguntar ¿Qué puede hacer Dios ante esta realidad?. El evangelio nos presenta algunas pistas para iluminar estas realidades tan complejas y tener un mensaje de esperanza para los pobres que viven en estos ambientes tan complicados y a la vez debe ser un mensaje para los que son indiferentes a las condiciones degradantes que vive el pobre.

El evangelio de Marcos en este domingo nos presenta el relato del perdón y sanción de un paralítico. Nos centraremos en la pregunta que lanza Jesús a los escribas: “¿qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decir: levántate toma tu camilla y anda” Seguramente para los escribas quienes conocían muy bien de la ley, les quedaba más fácil sanar al paralítico que darle el perdón a un hombre, pero para Jesús es más fácil perdonar los pecados; se debe tener en cuenta que en este tiempo no sólo Jesús era el que sanaba, recordemos el pasaje donde un hombre expulsaba demonios en nombre de Jesús (Mc. 9, 38- 40) o el de Simón el mago en (Hch 8,9 ss). Pero, existe otra razón y era la que más escandalizaba a los escribas y era que Dios no podía otorgar una participación de autoridad a un hombre del “común”, por tanto las palabras de Jesús resultaban sin sentido y sin fuerza, por esta razón era escandaloso que Jesús quisiera tomarse la potestad de Dios de perdonar los pecados.

Con las palabras: “A ti te digo, levántate toma tu camilla y vete a tu casa” Jesús demuestra que su palabra es palabra de autoridad, que no es dada por si sólo sino cimentada por el Padre. Jesús ratifica sus palabras con el milagro y por tanto le da autoridad de perdonar los pecados.

Es importante resaltar que este perdón se da también por la fe que tienen las cuatro personas que llevan al paralítico, pues Jesús fija su mirada en ellos y conoce la fe que tienen y de inmediato pronuncia las palabras de perdón. El perdón y la sanación se dan por la autoridad de Jesús y en especial por la fe. Podemos decir que la comunidad de Marcos al narrar este hecho quieren reflejar una experiencia de perdón que debe llevar a una sanación y con ello una verdadera unión con Cristo y con los hermanos, el paralítico experimentó el perdón y la sanación, ahora le queda de su parte levantarse e irse a su casa y ser testigo del perdón de Dios, entre sus hermanos, familiares, amigos y enemigos.

Hoy la pregunta es si Miguel junto con su familia experimenta el perdón y la sanación dentro de la sociedad y muy seguramente la realidad nos responderá que no. La sociedad que lo rodea es como esa muchedumbre que agolpaba a Jesús y obstaculizaban el paso para que el enfermo no pudiera acceder a la presencia del Señor, es una sociedad que obstaculiza cometiendo asesinatos, violaciones, secuestros, una sociedad que trata de hacer perder la perseverancia de descubrir el rostro de Jesús cometiendo miles de injusticias con el desvalido, anestesiando al pueblo con “pan y circo”, es de esta forma que se va perdiendo el sentido de búsqueda del Señor. La actitud de los cuatro que llevan la camilla y hasta abrieron el techo de la casa donde estaba Jesús es un ejemplo de perseverancia, esperanza y fe en Jesús, este ejemplo es el que debemos tomar cada uno de los cristianos, no desanimarnos ante las contrariedades de la vida, si perdemos el sentido del seguimiento no estaremos siendo seguidores del Señor, sino una multitud aglomerada que impide el paso de los que quieren buscar al Señor, Miguel nos puede hoy también dar un ejemplo, a pesar que la vida no le sonríe de la mejor manera, se mantiene firme en una fe, aunque la sociedad no le perdone la falta de su hijo, a ellos se les podría decir como a tantas familias que han vivido la mismas situaciones, que se levanten, tomen su vida y vivan el perdón y la sanación porque afortunadamente Dios no los condena, pues ellos son sus predilectos y por ellos se hizo pobre y murió en una cruz y también resucitó y hoy da una esperanza de liberación para que se haga una revolución del amor y ésta sea un signo de contradicción en un mundo que se le ha olvidado los valores del reino como lo es el amor, la justicia, el perdón…

Para el mundo de hoy ¿qué será más fácil? Un milagro o un perdón. Seguramente seguiríamos en la misma actitud de los escribas, creeríamos primero en el “milagro” por que hoy muchos pueden hacer “milagros” y nos gusta más lo extraordinario, lo novedoso, lo que causa impresión, pero cuando tocan nuestro orgullo nos queda difícil perdonar. Pidamos al Señor de la vida que regale a los ofendidos y a los ofensores la gracia de experimentar el perdón y este nos lleve a una verdadera sanación de nuestras vidas.

Oremos por las familias desplazadas a causa del conflicto armado en colombia

lunes, 16 de febrero de 2009

ORAR CON EL SALMO 28


SALMO 28

SUPLICA Y ACCIÓN DE GRACIAS

1. De David.
A ti alzo mi voz, Yahvé,
roca mía, no enmudezcas;
pues si te callas seré igual
que los que bajan a la fosa.


2. Oye la voz de mi súplica,
cuando te pido socorro,
cuando levanto mis manos,

hacia tu santo templo.


3. No me arrastres con los malvados,
tampoco con los malhechores,
que hablan de paz a su vecino
y el mal se oculta en su corazón .


4. Págales, Yahvé, según sus obras,
según la malicia de sus actos,
trátalos conforme a sus acciones,
págales con su misma moneda.


5. No entienden las obras de Yahvé,
lo que han hecho sus manos:
¡que los derribe y no los reconstruya!


6. ¡Bendito Yahvé, que ha escuchado
la voz de mi plegaria!


7. Yahvé es mi fuerza y mi escudo,
en él confía mi corazón:
su ayuda me llena de alegría,
le doy gracias con mi canto.


8. Yahvé es la fuerza de su pueblo,
un baluarte que salva a su ungido.


9. Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad,
pastoréalos y llévalos por siempre.

1. SENTIDO HISTÓRICO

La tradición judía lo llama salmo de David, pero nosotros lo entendemos como salmo escrito para David. Escrito posiblemente en la época pos-exilica.

Este salmo es un salmo de súplica individual. Es muy difícil conocer la situación del drama que está sufriendo el salmista. Primero, y por lo que podemos deducir, el autor se ve envuelto en una situación grave, probablemente de enfermedad: "A ti clamo, Señor Roca mía, no seas sordo a mi voz. Que tu silencio no me deje como los que bajan a la fosa... Me socorrió, mi carne florece y le doy gracias de todo corazón". Quizá sea la situación de una persona que se encuentra enferma y al borde de la muerte. Por eso el salmista clama el favor de Dios.

Pero la enfermedad no es el único drama del salmista, sino que además tiene que luchar contra "sus enemigos". Sin duda, existe también un problema de tipo social, al que el autor se está enfrentando. Posiblemente este problema se deriva de la enfermedad. Ya que en aquella época, la enfermedad se veía como un castigo divino y por lo tanto esto llevaba a marginar a las personas enfermas.

En los primeros versículos el autor suplica a Dios, tiene la sensación de que Dios está ausente y clama para que acuda en su auxilio. Luego habla de sus enemigos, pide a Dios que los aleje, para evitar que le sigan haciendo daño.

Pero vemos que luego esa súplica se va convirtiendo en acción de gracias por los favores recibidos de Dios.

¿Qué es lo que ha sucedido?, Dios le ha sanado y ya no es considerado como marginado. Dios le ha rescatado: "Me socorrió, mi carne florece y le doy gracias de todo corazón".

El salmo termina con una acción de gracias y petición en favor de todo el pueblo. Ya no vive la situación desde un punto de vista personal, su horizonte ya es más amplio, abarca a todos los hombres (en este caso a todo el pueblo).

A la luz del salmo, podemos vernos reflejados en este salmista en los problemas diarios a los que nos enfrenta la sociedad de nuestro tiempo. Ciertamente aún existen marginaciones de este tipo –de ser considerados castigados por Dios y por tanto alejados-, peor aún, la marginación de nuestros tiempos es creer en Dios, más aún, amar a Dios.

El hombre está perdiendo la conciencia de saber, que como seres humanos estamos dotados de una esencia divina (Por ser Hijos de Dios), y esta perdida está haciendo que nuestra sociedad margine a quienes no piensen como ellos.

El hombre de hoy se ve sometido al silencio, a ya no hablar de sus creencias, a olvidar a Dios. Esta situación se está convirtiendo en un drama personal para muchas personas. Pero no hay que olvidarse que como Cristo puso su confianza en Dios y Él no le defraudó, así a nosotros Dios no nos abandona, Dios nos va rescatando, Él es, como dice el salmista, nuestro refugio y escudo.

Finalmente, y como el salmita, acudamos a Dios con acción de gracias y súplicas, no sólo para nosotros, sino para todos los hombres. Pues no podemos sentirnos deudores de la gracia de Dios y olvidar, al mismo tiempo, a todos nuestros hermanos. Abramos pues nuestro horizonte a favor de los demás



2. CONTENIDO DOCTRINAL

Los sabios caracterizan de distintas maneras el contenido de este salmo. Lo consideran, en general, como una lamentación individual (Castellino) , aunque Briggs y otros piensan que es una oración pública en tiempo de guerra. Es simplemente la oración de un perseguido (Calés), o un enfermo (Podechard). En todo caso se trata de una unidad que en su contenido tiene dos partes, la suplica v. 1-5 y la acción de gracias 6-9, pero vale la pena aclarar que el v. 9 recoge después de una oración en primera persona la intención de bendición por el pueblo entero.

Es muy importante valorar la actitud del orante v.2 ...cuando levanto mis manos hacia tu santo templo.En la antigüedad, levantar y extender las manos como para implorar protección era la actitud ordinaria del orante. Era también un gesto natural volverse hacia la divinidad invocada, hacia su imagen o hacia su santuario. Aquí el Salmista se vuelve hacia el " Debir" en esta traducción de Jerusalén traducido como Santuario, el Debir era la sala posterior al templo, "Santo de los Santos", donde el arca estaba colocada. Aún estando lejos de Jerusalén los judíos solían volverse, para orar, hacia la ciudad y el templo. Estando en el mismo templo se volvían hacia el "Debir", como es aquí el caso. Teniendo en cuenta esto, podría pensarse con seguridad que el orante se encuentra dentro del templo.

Dentro de la primera parte v. 1-5 (suplica) aparecen tres peticiones:

a) No ser contado entre los que bajan a la fosa (1): El Salmista teme, si Yahvé se le hace el sordo, ser igualado a los que bajan a la fosa; es decir, teme morir (Lesètre). Esta en peligro de muerte; si Dios no le oye y responde a su oración, pronto estará con los que han bajado al sepulcro (Podechard).

b) No me arrastres con los malvados (2-3): Que no le trate como a un criminal arrastrado a la muerte (Bird); que no le quite la vida como a los pecadores que hace morir con muerte prematura (Podechard); pero en sentido moral no me arrastres no me dejes tener parte en el pecado de los malvados (Pannier).

c) Págales, Yahvé, según sus obras (4-5): Los sentimientos personales del Salmista están acordes con la moral antigua que se halla todavía muy lejos de la evangélica. Comprendiendo que la ley del talión, exigencia de la justicia estricta, inspira la conducta de Yahvé con los pecadores.

En la segunda parte v. 6-8. El Salmista agradece a Yahvé el haber oído su voz, en consonancia con el v. 2. En verdad ha sido su "roca" como lo llama el v. 1 y en el v. 9 su oración esta enfocada sobre el pueblo de Yahvé ... bendice a tu heredad.


3. APLICACIONES PRÁCTICAS



Quién se queje del silencio de Dios y continúe creyendo, puede orar con este salmo.

Es un salmo propio de los momentos de súplica, sobre todo cuando queremos ser la voz de los enfermos terminales o muy ancianos, para los que ya no hay esperanza y, en muchas ocasiones, tampoco solidaridad. También se presta para esas ocasiones en las que tenemos la sensación de que Dios se hace el sordo a nuestras peticiones y a nuestros clamores. En ocasiones podemos vivir situaciones semejantes a las del salmista, esto es, cuando tenemos la impresión de que todas las relaciones humanas están contaminadas por la mentira y la falsedad. En esos momentos, este salmo puede ayudarnos a hallar esperanza en Dios. Por incluir elementos de acción de gracias, sirve también para cuando hemos superado algún drama personal o comunitario.

4. PUNTOS DE REVISIÓN

Todos los días necesitamos de Dios. A cada momento necesitamos que nos ayude en nuestra vida: Por la familia, por el trabajo, por la salud, por su protección, por nuestra vida espiritual.

¡Que gran bendición es tener a un Padre que se compadece de sus hijos y les ayuda en todo lo que necesitan!.

¨Clama a mí ,y yo te responderé, te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.¨ Jeremías 33, 3.

El silencio de Dios a mis suplicas, ¿Hace que yo desfallezca en mi fe?, cuando oro ¿Cuál es mi actitud?, frente al peligro, ¿Cómo reacciono?, ¿Tengo conciencia de qué necesito de la bondad de Dios?, ¿Oro por quienes hacen el mal, para pedir a Dios, más que su destrucción, su conversión?

5. ORACIÓN

Dios mío, mi roca, mi baluarte, mi escudo protector, aleja mi mente y mi corazón de la iniquidad de los impíos, que mis pensamientos y acciones no estén al servicio de la injusticia; de las drogas; de la guerra; de la marginación; de la corrupción; de la mentira; del abandono; del robo; el desplazamiento y el secuestro, que sus acciones no sean las acciones de mis manos: Dales el espíritu de la conversión, del amor fraterno entre hermanos y que te bendigan como yo ahora porque me has escuchado, que sus voces se eleven en un canto de acción de gracias. Por ellos y por mi. Amen.

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NOTA: Para la realización de esta meditación del salmo 28 , consulte la siguiente bibliografía: 1. SCHÖKEL, Alonso, CARNITI Cecilia, Salmos I (Salmos 1-72), Editorial Verbo Divino, Navarra 1992, Pag. 449-454. 2. Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo, Antiguo Testamento, Editorial Verbo Divino, 2005, pag. 806. http:www.comjesus.org/salmos/salmo28htm. Además , los comentarios al salmo en la Biblia de Jerusalén, Biblia de América y de la Biblia de Nuestro Pueblo, Biblia del Peregrino , América Latina, de Luis Alonso Schökel. Para el esquema tome como ejemplo el presentado en el libro; Para comprender los Salmos, Hilari Roguer, Editorial Verbo Divino, Navarra, 1996.

J A C V Comentarios a: alexgnomo@yahoo.es

domingo, 15 de febrero de 2009

DE UN IMPURO A OTRO IMPURO

Marcos 1, 40-45

Hoy, VI domingo del tiempo ordinario, la liturgia sigue profundizando en el carácter sanador de Jesucristo. La semana pasada nos encontrábamos a Jesús sanando sin descanso a enfermos y endemoniados por toda Galilea. Además, se hacía mención especial a la sanación de la suegra de Pedro.

Hoy, Jesús sana a un leproso. Según la Ley Judía la lepra era signo de impureza y castigo de Dios, quien la padecía debía ser excluido de la comunidad pura, vivir en lugares solitarios y jamás ser tocado; cualquier relación con él o ella hacía impura a la persona. Por esto, ser impuro era lo peor para los paisanos de Jesús. Creo que nosotros no alcanzamos a imaginar lo terrible que era ser declarado impuro por el sacerdote judío. No podríamos asemejar esta exclusión a la sufrida por los jóvenes de las maras de Centro América, ya que ellos, aunque son excluidos, encuentran en sus compañeros un espacio para relacionarse. Tampoco con la situación de los desplazados por la violencia en Colombia, ya que ellos, aunque lo pierden todo, incluso a sus familiares, tienen por lo menos remotas posibilidades de rehacer su vida. Ser leproso era peor que todo esto. A esta persona es a quien Jesús le devuelve la sanación. ¿Alcanzas a imaginar lo que pudo experimentar el leproso?

En el texto encontramos tres partes. Primera, el encuentro de Jesús con el leproso a las afueras de la ciudad; segunda, el encuentro del leproso (ahora sano) con la gente de la ciudad; y tercera, el encuentro de gente de todas partes con Jesús, a las afueras de la ciudad. Veamos cada una de ellas.

1. Encuentro de Jesús y el leproso.

Aunque el texto no lo dice, podemos suponer que este encuentro se realiza en un lugar solitario, lejano de la ciudad, dicho lugar sirve de hábitat a personas leprosas, impuras en términos judeo-religiosos o marginadas en términos actuales. ¿Qué anda haciendo Jesús por allá? Y lo que es peor ¿Qué anda haciendo por allá solo? En Mc 1, 38 Jesús pedía a sus discípulos que se fueran con él a los pueblos vecinos; pero aquí Jesús no está en un pueblo, está en el lugar donde viven los leprosos,quienes eran excluidos y pasaban hambre; cualquier peregrino solo, vulnerable, era blanco fácil. ¿A cuántos de ellos no habrían asesinado los leprosos por la necesidad de comer? San Vicente de Paúl decía al respecto: “El pobre pueblo del campo se muere de hambre y se condena”.

El encuentro de Jesús con el leproso es sencillamente escandaloso. Jesús anda entre los pobres y entre los más pobres de los pobres, se expone a muerte, se arriesga ¿Y por qué? La respuesta la podemos encontrar en otros pasajes bíblicos, pero aquí no se dan este tipo de explicaciones. La verdad es que es un hecho histórico e innegable ante el cual es mejor preguntarse: ¿Haría lo que hizo Jesús con los más pobres de su lugar y tiempo?

Jesús da la oportunidad del encuentro cuando toma la decisión de pasar por ese lugar. El leproso se acerca, se pone de rodillas y suplica a Jesús. Da la impresión que este leproso tenía noticias de Jesús y de las múltiples sanaciones que hacía por toda Galilea. ¿Pero, lo conocía en persona? La respuesta, a todas luces, debe ser no. El leproso no conocía a Jesús, sin embargo, reconoció en Él a alguien que podía sanarlo y por eso le dice: “Si quieres, puedes limpiarme” (Mc 1, 40). El leproso desea en lo más profundo de su ser quedar limpio para volver a la comunidad, abrazar a su familia y dar culto a Dios. ¿Por qué vio en Jesús a alguien que podía devolverle lo que más quería? Aunque la respuesta parece simple, fue porque este leproso nunca había visto a alguien que, de un modo tan desprevenido, entrara en su mundo de suciedad. ¡Cuánto bien se hace cuando uno se inserta en el mundo de los pobres sin demostrarles miedo y desconfianza!

Si lo que Jesús ha hecho hasta aquí es sencillamente escandaloso, lo es más su respuesta a las actitudes y palabras suplicantes del leproso. Jesús se compadece, extiende su mano, lo toca y le dice: “Quiero; queda limpio.” (Mc 1, 41). Hasta aquí sólo nos habíamos encontrado con un Jesús arriesgado (quizás por amor, quizás por imprudencia),que desea entrar en el mundo hostil propio de los excluidos. Pero, aquí Jesús escucha la súplica del sucio, del impuro; la súplica le hace sentir. No es raro encontrar a personas que han pedido a Dios recibir el cáncer de un infante o el sida de un adolescente, con un simple objetivo: procurarles viva y dignidad, ya que todavía tienen toda la vida por delante. Así le ocurrió a Jesús, se sintió tan mal de verse santo frente a un enfermo, libre frente al encerrado, feliz frente al desdichado, por eso decidió correr su suerte, recibir su enfermedad para que éste quedara sano. Jesús extiende su mano y lo toca. Nadie toca a un leproso a menos que se garantice que ya está limpio, sin embargo, Jesús lo toca aun sabiendo que estaba sucio. El leproso no pedía ser tocado, pero Jesús le demuestra que lo acepta tal y como es. Jesús al tocarlo lo está insertando en la comunidad, se está relacionando con él, lo escucha y lo palpa. Entonces le “desapareció la lepra y quedó limpio” (Mc 1, 42).

Jesús, de haber querido, hubiera retenido al ex-leproso y lo hubiera podido utilizar para recibir de él eterno agradecimiento, sin embargo, esto hubiera sido denigrante. La sanación sólo queda terminada hasta que el ex-leproso vuelve con los suyos. Por esto, Jesús le pide que realice todos los pasos necesarios para ser declarado oficialmente sano. La acción de Jesús en las personas no pasa por encima de la cultura de los pueblos. Por otro lado, Jesús es consciente de la trasgresión cultural-religiosa que ha cometido, sabe que ha quedado impuro, que puede ser declarado leproso por la comunidad, claro está, si se entera; por esto le prohíbe severamente contar a alguien lo que él ha hecho: “Mira, no digas nada a nadie” (Mc 1, 44).

2. Encuentro del ex-leproso con su gente.

El versículo 45 comienza con un “Pero”; éste indica que la respuesta del ex-leproso será todo lo contrario de lo que le había prohibido severamente Jesús. El sentimiento del ex-leproso es de extrema alegría, no podría ser de otra manera: “Se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia” (Mc 1, 45). La alegría le impide guardar silencio, ni siquiera va a presentarse al sacerdote. ¿Has visto alguna vez a algún pobre proclamar con gran entusiasmo las maravillas que logra el amor? ¿No crees que vale la pena arriesgarlo todo por ver a un infeliz dichoso?

El encuentro del ex-leproso con su gente se realiza dentro de la ciudad, en el lugar de los sanos, de los aceptados socialmente, de los purificados o purificables. El ex-leproso ha recuperado plenamente su dignidad, sin embargo, su testimonio convierte a Jesús, inmediatamente, en un impuro; todos saben que él toco a un leproso. Por esto Jesús ya no podía entrar en la ciudad, sino que debía quedarse en lugares solitarios, “se quedaba a las afueras” (Mc 1, 45) como antes lo hacía el leproso. Jesús asume el pecado del leproso para sanarlo. ¿Hay algo más radical que esto? ¿Ahora, cómo podemos asumir el pecado de los otros para devolverles su dignidad? No importa violar las leyes, aunque ellas nos conviertan en pecadores públicos y nos traigan la condenación social, lo importante es salvar la vida de los excluidos.

3. Encuentro de gente de todas partes con Jesús.

El testimonio del ex-leproso crea toda una revolución. La gente de la ciudad, que ha escuchado la noticia anunciada con tanto entusiasmo, “acudía a él de todas partes” (Mc 1, 45). Con esto se da un nuevo encuentro a las afueras de la ciudad (lugar de inseguridad, impureza y pecado); la gente se alejan del Templo y de los sacerdotes, que declaran impuros o puros, y buscan a Jesús, el que ha sanado a un impuro volviéndose él mismo impuro.

¿Por qué la gente busca a Jesús? ¿Qué esperan de Él? Podríamos decir que buscan lo que el leproso encontró: aceptación social, inclusión, amor.

Aún hoy existen excluidos en las sociedades y comunidades, ¿Frente a esta realidad, qué estamos haciendo? ¿Somos capaces de ir hacia ellos, escucharlos y tocarlos sin miedo a enfermarnos o a ser rechazados.? ¿Estamos dispuestos a ser contados entre los pecadores, asumiendo todas las consecuencias, siempre y cuando los excluidos vuelvan a la vida? Si trabajamos para los pobres, ya estamos en el primer momento; si aún no lo estamos, nuestra vida está muy lejos de vivir este evangelio. Que esta Palabra convierta nuestra manera de ser evangelizadores de los pobres. Como vemos, en Jesús no se trata de palabras, se trata de riesgos.

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