viernes, 27 de febrero de 2009

DESPUÉS DEL DESIERTO VIENE LA DECISIÓN

Ha iniciado el tiempo de cuaresma. Desde el pasado miércoles, comúnmente llamado “Miércoles de Ceniza”, hemos comenzado a recorrer un camino que nos llevará a la gloriosa celebración de la Pascua de Jesús; el momento en el que Cristo, venciendo la muerte, el pecado y al tentador nos ha hecho partícipes de la gloria de su resurrección. Es ésta la razón que sustenta nuestra fe y da sentido a nuestro ser de cristianos.

La cuaresma en un tiempo maravilloso de preparación para este solemne acontecimiento. La Iglesia y Dios, por medio de ella, nos invitan a revisar nuestra vida con una seriedad singular. Somos llamados al sacramento de la reconciliación, a buscar una sincera conversión por medio de la escucha de la Palabra de Dios, una vida sacramental más frecuente, una oración más intensa y constante, la mortificación como medio de purificación y la limosna como expresión de nuestro desprendimiento y renuncia a los bienes materiales. Es conveniente revisar nuestra vida, nuestra casa, y prepararla, limpiarla, para recibir al que llegará, a Jesús resucitado. Desde este contexto litúrgico y eclesial se deben leer y entender los evangelios que escucharemos y meditaremos en los próximos domingos, a partir de hoy.

40 días en el desierto.

Para este primer domingo de cuaresma la liturgia nos propone un texto del evangelio de Marcos. Después de que Jesús fuera bautizado por Juan, el Espíritu lo llevó al desierto, lugar donde pasó 40 días y fue tentado por Satanás. Allí vivió entre los animales y los ángeles le servían. Después de la muerte de Juan el Bautista, Jesús se desplazó hasta la región de Galilea y se puso a proclamar por esas tierras la Buena Noticia de Dios: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios: arrepiéntanse y crean en la Buen Noticia”.

Debemos pensar en cuatro signos que el relato nos presenta y son significativos para comprender el sentido del mismo:

  • El desierto es un lugar inhóspito, despoblado, sin vegetación, donde el ser humano se siente desolado, sin protección, vulnerable y desamparado. En el desierto el ser humano experimenta su propia debilidad. Al mismo tiempo, es el lugar donde experimenta la maravillosa providencia de Dios.

  • El número cuarenta, que hace referencia a los días que Jesús pasó en el desierto. Cuarenta es el número de la prueba, del examen y del ensayo, pero también es el número que simboliza el cambio o paso de un período a otro. En la Palabra de Dios encontramos numerosos pasajes entorno al número 40: el tiempo en que Dios preparó al pueblo de Israel antes de entregarle la Tierra Prometida, el tiempo del diluvio, el tiempo que le tomó al pueblo ninivita convertirse...

  • La presencia de Satanás como el tentador. Quiere apartar a Jesús de su camino, del camino del bien y de la verdad y al querer apartarlo del camino lo quería apartar también de su misión liberadora.

  • Y, finalmente, la referencia a la armonía entre Jesús, las fieras y los ángeles quienes nos remiten al paraíso de donde un día el ser humano, por causa de su pecado, tuvo que salir.

Hasta aquí, el texto nos ofrece elementos suficientes para motivarnos a vivir un auténtico tiempo de cuaresma. Debemos dejarnos llevar a nuestros propios desiertos para descubrir allí nuestros pecados y prepararnos para un auténtico encuentro con Dios. Tenemos que recorrer este camino de cuarenta días, ir por nuestro desierto ayudados de la escucha, meditación y oración de la Palabra de Dios, del ayuno, la abstinencia, la caridad, para finalmente pasar a un tiempo nuevo, dejando al ser humano viejo empezar a vivir como seres humanos nuevos, renovados en Cristo. Es el tiempo para tomar conciencia de la presencia del tentador, y de prepararnos para la lucha contra él. Esto es bien interesante, el hecho de ser tentando no c

onvierte al creyente en un pecador. El detalle está en saber vencer la tentación, no dejarse llevar por ella, no permitir que nos aparte del camino cristiano, viviendo con sinceridad este camino cuaresmal de conversión estaremos preparados para vivir el tiempo nuevo de la Pascua.

Primera predicación de Jesús.

Marcos, para contarnos acerca del inicio del ministerio de Jesús y del mensaje que proclamaba, recurre a una ubicación en el tiempo y en el espacio. La ubicación temporal la constituye el acontecimiento del arresto de Juan y la ubicación en el espacio: Galilea como territorio donde Jesús empieza su predicación. Ahora bien, la Buena Nueva anunciada por Jesús en este texto es una síntesis de todo el mensaje del Evangelio.

El mensaje es claro y preciso. “El tiempo se ha cumplido”, el tiempo anunciado por los patriarcas, Moisés, los profetas se ha cumplido, no es un nuevo anuncio de ese tiempo. Ese tiempo ya llegó, es una realidad actual y presente. “Se acerca el Reino de Dios”, enlaza con lo anterior. Ya no se habla de recordar una promesa sino de anunciar que esa promesa ya se está haciendo realidad, y por eso para participar de esa plenitud es necesario “arrepentirse y creer en la Buena Noticia”. Este mensaje es también el anuncio que hace la Iglesia en este tiempo de preparación para la Pascua.

Esto nos recuerda algo que a lo mejor ya sabemos pero que olvidamos con gran facilidad: tenemos que acoger el Evangelio, hacerlo vida, revisar nuestra existencia a la luz de él, convertirnos y finalmente hacer realidad la presencia del Reino de Dios entre nosotros, entre los hombres, asumir que verdaderamente el tiempo se ha cumplido. Y tú ¿Cómo piensas vivir la cuaresma?

Como ciudadanos y cristianos de Latinoamérica, la cuaresma también tiene que llevarnos a una revisión profunda de nuestro compromiso con el sufrimiento de nuestros pueblos. ¿Cuáles son esos tentadores que puede desviarnos de nuestra radicalidad y compromiso? ¿Cuáles son nuestros pecados y cómo han ayudado para que el proyecto de anti-reino se instáure en nuestros pueblos? Cuando haya llegado la Pascua y con ella la celebración de la Resurrección de Cristo ¿Qué voy a hacer para que otros, y en especial los más pobres y desfavorecidos, sientan de verdad la presencia del Reino de Dios ? El encuentro con Jesús y nuestra conversión nos tiene que mover a un mayor compromiso con los que más necesitan de nosotros, esperamos que ese sea el mejor fruto de una cuaresma vivida auténticamente y de una sincera conversión.

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